JdA. Consolidando el premio: 2007-2008
Consolidando el premio. ¡Ya no me los juego todos!
Sí amigos, la realidad es que salvo que seas un jugador profesional, a partir de estos años, pretender jugar a todos los juegos de mesa editados en España empieza a ser más que difícil. En 2007 se rompe la barrera del centenar de juegos de mesa editados, y en 2008 se mantiene un número muy alto. La consecuencia es fácil de imaginar, y cada vez es más frecuente que lleguen a nuestras mesas ediciones españolas de juegos de renombre, clásicos, y los éxitos más actuales recién salidos de las ferias de Essen y similares. Y precisamente los nominados al JdA en el año 2007 ejemplifican esta situación.
Es una opinión personal, pero sinceramente creo que la lista de nominados de este año 2007 es una de las más espectaculares que ha tenido nunca el premio. Entre los nominados, tres juegos de mesa con algunos años a sus espaldas y un éxito enorme, y tres juegos muy recientes y que se han ganado el éxito a partir de ese momento. La lista:
- Bohnanza, de Uwe Rosenberg (Mercurio)
- Caylus, de William Attia (Edge)
- Hive: La Colmena, de John Yianni (Crómola)
- Los Pilares de la Tierra, de Michael Rieneck & Stefan Stadler (Devir)
- Príncipes de Florencia, de Wolfgang Kramer & Richard Ulrich (Excalibur)
- Puerto Rico, de Andreas Seyfarth (Devir)
Es sin duda, hasta este momento, la lista con un promedio de complejidad más elevado. Quizá Bohnanza y Hive puedan aparentar simpleza por sus gráficos, y sin duda son juegos de mesa relativamente sencillos de reglas, pero están muy lejos de ser simplones.
Empecemos por los “clásicos”. Bohnanza, editado originalmente en el año 1997, un divertidísimo juego de comercio en el que pretendemos plantar judías de diferentes (y desternillantes) especies. Una maravilla a base de una baraja, que ha visto reediciones, expansiones, y ventas millonarias. Príncipes de Florencia, original del año 2000, del que la editorial Excalibur nos trajo una reedición con una nueva estética. Un genial juego que mezcla varias mecánicas de una forma extraordinaria. Es curioso señalar que esta editorial no ha vuelto a editar ningún juego. Puerto Rico, editado en 2002, juego de mesa que durante años ocupó el primer puesto en el ranking de la página BoardGameGeek, y que en 2012 vio una reedición de lujo con motivo de su décimo aniversario. Un juego en el que debemos desarrollar de la mejor forma posible nuestro trocito de isla.
Y los más recientes. Caylus, el juego de mesa que sin duda puso de moda la “colocación de trabajadores” (aunque el primer juego en utilizarla fuera Keydom, de Richard Breese, en el año 1998), y que se ha convertido sin duda en un clásico moderno. Hive, un engañoso juego abstracto con unas preciosas piezas de baquelita que representan diferentes insectos. Cada bando intenta acorralar a la abeja reina del contrario, siguiendo unas estrictas normas. Puede parecer inocente, y no lo es. Los Pilares de la Tierra, primer juego nominado basado en un libro, en este caso el superventas de Ken Follet del mismo nombre. Comparte con Caylus la mecánica de colocación de trabajadores, y el diseño gráfico a cargo de Michael Menzel es extraordinario.
Pero si los nominados son realmente buenos, no podemos dejar de echar un vistazo a los juegos que quedan fuera. Pasatiempos como Diamantes de Bruno Faidutti y Alan Moon, Coloretto, de Michael Schacht, Mamma Mia, de Uwe Rosenberg, Piko Piko, de Reiner Knizia, Saboteur, de Frederick Moyersoen, Mr. Jack, de Ludovic Maublanc y Bruno Cathala, o Can’t Sop, de Sid Sackson, prometen tardes de diversión para aquellos jugadores más casuales, o cualquiera con ganas de, simplemente, pasar un buen rato. Para quien quiera platos más contundentes, Colosseum, de Wolfgang Kramer y Markus Lübke, Shogun de Dirk Henn o Condottiere, de Dominique Ehrhard y Duccio Vitale. Mencionar también el juego de mesa 1936 Guerra Civil, de Arturo García, con un profundo trabajo de documentación a sus espaldas y autoeditado.
En esta ocasión, el fallo del premio al juego del año se produce en los III Encuentros Nacionales de Juegos de Mesa, en Barcelona.
El premio al juego del año va a parar finalmente a Los Pilares de la Tierra, del dúo alemán Rieneck&Stadler. Una difícil elección sin duda, dada la calidad de los finalistas. En mi opinión, Los Pilares de la Tierra ejemplifica muy bien el espíritu del JdA. Un juego de mesa ágil y divertido, accesible, pero no por ello simple, y que ofrece un reto a los jugadores. El sistema de colocación de trabajadores que hemos comentado antes consiste esencialmente en realizar acciones de las disponibles en el tablero, bloqueándolas a los demás jugadores. La vuelta de tuerca que ofrece el juego es que incluye un sistema que combina aleatoriedad en el orden de acción, y el coste de la misma, de modo que no siempre querremos aprovechar la oportunidad de ser los primeros en elegir acción. Como hemos mencionado, visualmente el juego es sencillamente espectacular, con un precioso tablero y unas piezas de madera que forman una catedral indicando el avance de la partida. El juego tuvo una expansión que permitía jugarlo hasta seis jugadores en lugar de los cuatro del juego básico.
Llegamos así a la cuarta edición del juego del año, la última en la que el número de juegos estará por debajo de la centena. Aún así, sigue siendo una cantidad más que considerable, y sigue habiendo juegos de mucho nivel. Por suerte, sigue habiendo producción de juegos de mesa de autores españoles, curiosamente dos juegos de ambientación bélica: España 1936, de Antonio Catalán, y 2 de Mayo, de Daniel Val, ambos situados en dos conflictos muy representativos de la historia de España, y ambos juegos para dos jugadores. Se trata sin embargo de juegos de duración y mecánica muy diferente, que sin duda merece la pena probar. 2 de Mayo de hecho es galardonado con el premio Jugamos Tod@s, y ambos reciben nominaciones en varios premios internacionales.
La lista de nominados de este año es sin duda variada, y dominada por juego de mesa que podríamos calificar de muy sociales:
- Agricola, de Uwe Rosenberg (Homoludicus)
- Bandu, de Klaus Zoch (Mercurio)
- Kingsburg, de Andrea Chiarvesio & Luca Iennaco (Edge)
- Time’s up!, de Peter Sarret (Crómola)
- ¡Toma 6!, de Wolfgang Kramer (Mercurio)
- Ubongo, de Grzegorz Rejchtman (Homoludicus)
Agricola se había convertido en un bombazo internacional desde su lanzamiento, llegando a desbancar, tras varios años, a Puerto Rico de la primera posición en el ranking de BGG. Se trata sin duda del juego más complejo de los nominados, y posiblemente de la historia del JdA hasta este momento. Nunca la gestión de una granja había parecido tan divertida. Kingsburg es un juego de mesa de ambientación fantástica-medieval que utiliza los dados de una forma muy original e interactiva entre los jugadores. ¡Toma 6! es un clásico del año 1994, y una nueva demostración del maestro Kramer de lo que se puede hacer con una baraja de cartas y unas reglas simplísimas. En Bandu tenemos un juego de habilidad, en el que unas endemoniadas piezas de madera se negarán a estar en equilibrio, mientras que en Ubongo deberemos resolver puzzles de la manera más rápida posible, lo que no siempre es sencillo, pero sí divertido. Por último, Time’s up! nos propone una desternillante versión del juego de adivinar personajes. Hablando, con una sola palabra, y con mímica.
Además de los mencionados 2 de Mayo y España 1936, podemos destacar algunos de los juegos que no pasaron el corte de la selección final, como Toledo de Martin Wallace, un juego de mesa sencillo y alejado de los que habitualmente ofrece este autor, y con una ambientación “de moda” gracias las novelas de capa y espada, o Airships: gigantes del aire, de Andreas Seyfarth, para los amantes de los dados.
Este año es en Santander donde se da a conocer el ganador al juego del año, en el marco del IV Encuentro Nacional. Es la última vez que el premio es “itinerante”, ya que a partir de la edición siguiente se estabilizará en el Festival Internacional de Córdoba, fijando la fecha. Y el ganador es este año Agricola. Uwe Rosenberg se cuela en la casa de multitud de jugadores de todo el mundo con este juego donde la mecánica de trabajadores se populariza aun más, y que lleva a medio mundo lúdico a convertirse en granjeros aficionados. Con sus 360 cartas, la rejugabilidad está más que garantizada, y por si acaso, no han parado de salir nuevos mazos, expansiones y demás cachivaches para un juego de éxito fulminante. Muy destacables los conocidos como “animeeples”, figuritas de madera con formas de animales y vegetales que sustituían a los habituales cubitos de madera, dándole un aspecto mucho más amable a un juego de un nivel bastante más elevado que los ganadores anteriores. Por no hablar de las figuras de fimo que los más habilidosos crearon para sus juegos. Verdaderas obras de arte.
Agricola ha quedado hasta el momento como el juego de mesa más complejo en recibir el premio JdA, sin duda favorecido por una estética y una temática realmente amables. En cualquier caso, un magnífico juego para disfrutar.
Y llegamos al final de esta etapa. A partir de ahora, toca contar en centenas.
Estoy disfrutando como un enano con esta serie de entradas. Que lo sepas. 🙂
¡Pues me alegro un montón! 😀
Que grande es conocer nuestra historia!
Yo sigo sin ver esa «línea marcada» para el JdA (me parecen más bandazos) pero en cualquier caso esta serie ayuda a conocer lo que ocurrió cuando muchos (me incluyo, claro) aun no estábamos por aquí.
Gracias Javi!
Efectivamente, creo que puede dar esa sensación en ocasiones. Pero es que el JdA está creciendo. Nos puede parecer mucho, pero 10 años no es tanto. En las primeras ferias de Essen no iba ni el tato, los primeros Spiel des Jahres no equivalían a éxito de ventas…
El premio va evolucionando, esperemos que a mejor, claro. Y se van tomando decisiones constantes para que así sea.
Y no seáis tímidos, ¡decid vuestros favoritos de cada año!
Espero que el último artículo de esta maravillosa serie sea una porra interactiva para ver quien acierta el juego ganador de este año!
Oh! si señor!, una porra para el último!, ya tengo pensado mi favorito 😀
Si me ciño a los criterios que he visto estos últimos años hubiera premiado al saboteur. Creo que es el único juego de la categoría de filler que disfruto realmente y que todo novato juega con gusto.El año del agrícola se lo hubiera dado a Ubongo ya que Time up es un juegaco pero demasiado simple, para mi un party tan party con esa categoría sería doloroso.
Aun así, esta claro que con tanto que elegir es complicado estar contento con la valoración del jurado :D.
Creo que el ultimo año que la entrega del JdA fuera itinerante fue 2009 no 2008. El año del Dixit.
El Encuentro Nacional se hizo en Amorebieta, estuve yo y vi como se le hacia entrega del JdA a Roubira que estuvo presente en la cita.
Mynth, posiblemente aquello fuese una entrega formal del trofeo, pero el premio se falló en Córdoba