La noche que cayó Pompeya (Reseña)
La ciudad romana de Pompeya se encuentra en la bahía de Nápoles a los pies del volcán Vesubio, una zona de gran riesgo sísmico y volcánico. En el año 62 d.C. Pompeya sufrió un terremoto que la destruyó parcialmente, sin embargo los pompeyanos reconstruyeron su ciudad que floreció de nuevo comercialmente hasta una fatídica noche del año 79 d.C. en el que el Vesubio entro en erupción sepultando Pompeya y otras ciudades vecinas bajo un manto de cenizas y lava.
Con el paso de los años la tragedia se convierte en comedia, esa debió ser la premisa del autor del Carcassonne, Klaus-Jürgen Wrede, al diseñar La noche que cayó Pompeya o Der untergang von Pompeii (la caída de Pompeya) en su versión original alemán. Maldito Games nos rescata para el público español este divertidísimo juego de 2004.
Público al que va dirigido
Pompeya es un juego de 2 a 4 jugadores claramente dirigido a un público familiar y al que le gusten los eurogames sencillos que tengan interacción. Según el propio juego se recomienda para jugadores de 10 años o más y no es por la dificultad de las mecánicas que son muy sencillas, sino por la frustración que puede crear para niños más pequeños ver como sus ciudadanos caen al interior del volcán por las implacables acciones de otros jugadores.
Componentes y diferencias con otras ediciones
La edición que nos trae Maldito Games es igual a la edición de Mayfair Games de 2013, que cambia en algunos aspectos con la edición original de Amigo de 2004, como que el tablero se dobla en 4 partes y no en 2, lo que permite una caja más pequeña o que tenemos el mismo número de octógonos para representar los ciudadanos de cada color, en la primera versión estaban limitados en algunos colores según el número de jugadores en la partida. También es llamativo que el volcán se ha texturizado y mejorado con respecto a otras ediciones.
Los materiales en sí son de calidad estándar: 48 losetas de cartón (incluidas las 3 a doble cara de la mini expansión), 120 octógonos de madera, 1 tablero con un agujero para introducir el volcán, 62 cartas (algo finas, mejor enfundarlas) y una bolsa de tela que para mi gusto personal podría ser de mejor calidad y llevar algún emblema romano impreso.
Se ha mantenido el arte original de Guido Hoffmann (en la portada) y Oliver Freudenreich (en las cartas y tablero) lo que da un aspecto de juego que tiene ya unos años, aunque podemos decir que el aspecto gráfico del juego es acorde al tema de la antigua Roma.
¿Cómo se juega?
La noche que cayó Pompeya tiene dos fases de juego bien diferenciadas. Una fase de repoblación de la ciudad tras el terremoto y una huida desesperada de la ciudad una vez que el volcán ha entrado en erupción.
Primera fase: Nuevos ciudadanos llegan a Pompeya
Durante la preparación de la partida hay que crear el mazo de cartas, parece un poco engorroso al principio pero el paso a paso de cómo crear el mazo de cartas viene explicado perfectamente en el reglamento. Tras esta preparación cada jugador debe tener 4 cartas en su mano y en el mazo debe encontrarse una carta de erupción en la 9ª posición y otra entre las 15 últimas además a partir de la mitad del mazo aproximadamente estarán repartidas 7 cartas de augurio llamadas Omen.
Durante su turno los jugadores deberán jugar una carta de su mano que contiene un número de edificio y colocar un ciudadano de su color en dicho edificio, tras esto se roba una nueva carta para tener 4 de nuevo en la mano, una vez que se roba la primera carta de erupción ¡vienen los primos!
¡Vienen los familiares!
La regla de los familiares permite repoblar más rápidamente Pompeya. Si colocamos uno de nuestros ciudadanos en un edificio ya poblado (por cualquier jugador) añadimos tantos ciudadanos como hubiera previamente en ese edificio, en otros edificios del mismo color del edificio original o en edificios neutrales. Hay que tener cuidado con esta regla porque hay edificios que están divididos en 2 partes, aunque están indicados en la carta y en el tablero para facilitar la labor de los jugadores.
A partir de aproximadamente la mitad del mazo podemos robar cartas de Augurio (Omen), aquel que las roba puede sacrificar a uno de los ciudadanos de otro jugador y echarlo al volcán para apaciguar la ira de los dioses pero incrementando la del jugador afectado, jejeje.
Por último cuando se roba la segunda carta de erupción el volcán estalla y pasamos a la segunda fase. ¡Huid insensatos!
Segunda fase: ¡Sálvese quien pueda!
Lo primero que se hace en esta fase es, comenzando por el jugador siguiente al jugador que robo la carta de erupción, sacar una loseta de lava de la bolsa y colocarla en el tablero, luego la bolsa pasa al siguiente jugador así hasta que se hayan colocado 6 losetas de lava.
Las losetas de lava tienen un icono que coincide con una casilla del tablero y nos dice dónde comienza a surgir la lava, la primera loseta de cada icono hay que colocarla sobre esa casilla, la segunda loseta del mismo tipo hay que colocarla adyacente ortogonalmente a la primera y las siguientes adyacentes ortogonalmente a una anterior. Si una de estas losetas pisa una casilla con ciudadanos todos irán al interior del volcán, derramándose una lagrima de los jugadores afectados y una risotada de maldad del jugador que puso la loseta. Mwahahaha
Una vez colocadas las 6 losetas iniciales, el turno de cada jugador consiste en robar y colocar una loseta de lava y luego realizar 2 movimientos con dos ciudadanos. Para estar a salvo los ciudadanos deben de salir de Pompeya por alguna de sus puertas. Un ciudadano mueve tantas casillas (ortogonalmente) como el número de ciudadanos que haya en esa casilla al comenzar el movimiento, sin importar de quienes sean estos ciudadanos. Si hay 4 ciudadanos mueve 4 casillas, por lo que debemos aprovechar las casillas más atestadas de ciudadanos para mover más. Debes mover 2 ciudadanos diferentes en el turno a menos que uno de tus ciudadanos este solo al comienzo del turno pudiendo entrar en una casilla con otros ciudadanos y luego gracias a ellos mover más en su segundo movimiento.
La partida finaliza cuando no quedan ciudadanos en Pompeya, ya sean porque han escapado o porque han sucumbido a la lava. El ganador será aquel jugador que ha sacado más ciudadanos de Pompeya y en caso de empate aquel jugador que tienen menos ciudadanos en el interior del volcán.
¿Me va a gustar Pompeya?
Pompeya te gustara si te gustan los eurogames con mecánicas sencillas pero con grandes dosis de interacción, un juego ideal para echarse unas risas con los amigos o la familia, además de una duración muy ajustada por lo que si te gusta posiblemente te eches más de una partida durante la sesión de juego.
Pompeya no te gustara si prefieres los juegos duros donde el azar este muy controlado, durante las dos fases de juego hay bastante azar, más en la primera que en la segunda, con las cartas de Omen, y las cartas que robas de edificios. Aun así las partidas son cortas entre 45 minutos y una hora a 4 jugadores, y Pompeya puede hacer de filler para jugadores de eurogames más duros. Por otro lado si eres de los que se cabrean cuando te fastidian en un juego no te recomiendo Pompeya en ningún caso.
Valoración final
Gracias a la política editorial de Maldito Games de rescatar buenos juegos que tienen ya unos años pero que no fueron publicados en español o están descatalogados hemos podido conseguir esta joya de juego. Un juego rápido, sencillo, bueno y para colmo barato pues el precio recomendado es de 35€ que es bastante económico teniendo en cuenta los precios a los que se venden los juegos en el mercado actual. Si os gustan los juegos sencillos pero con interacción y risas debéis tener este juego en vuestra ludoteca.
Muy buena reseña Jorge. No puedo estar más de acuerdo con esta idea de Maldito de rescatar grandes juegos viejunos. Son auténticas joyas que podrían quedar sepultadas por la avalancha de juegos nuevos, que en muchos casos no le llegan ni de lejos en calidad. Y será la nostalgia, pero a mi esa estética «antigua» (ejem, que son algo más de diez años, antigua…), es casi un soplo de aire fresco. No puedo sino felicitar y animar a Maldito a seguir en esa línea.
Pompeya es un juego DI-VER-TI-DÍ-SI-MO, que lógicamente hay que aceptar con deportividad. Que un adulto se cabree porque le tiren a un primo al volcán… en fin, dice mucho del adulto. Y en mi opinión, a pesar del azar, tiene sus cositas a pensar, sobre todo en la colocación de las losetas de lava. Yo lo juego a menudo en Yucata, y qué quieres que te diga, aplastar con tu loseta unos pocos de primos de tus adversarios es un goce comparable con pocas cosas.
Un saludo.
PD: por cierto, el nombre técnico para los octogonos es «barrilito», por favor, que pareces nuevo 🙂
Buen artículo, Jorge
Gracias Javi y Camy, la verdad que Pompeya es un juego que me encanta, yo lo jugué por primera vez hace unos 10 años y me reí bastante y sigo haciendolo cada vez que juego, de hecho he comprado la nueva edición de maldito games. Un juego de mecánicas sencillas y puteo que se puede usar de filler por jugadores de euros duros.