El enemigo público número uno
Continuamos con la serie «Traducciones» y volvemos de nuevo con un post sobre el diseño de juegos de mesa del que pasa por ser uno de los autores y editores más activos del panorama, Ignacy Trzewiczek. En este caso, el autor nos propone una reflexión respecto a determinadas actitudes, actitudes que hacen que el idolatrado diseñador de nuestro juego de mesa favorito se convierta de pronto en nuestro mayor enemigo. Independientemente de si compartimos su punto de vista completamente o no, sí que consideramos interesante someterlo a vuestra consideración para, de este modo, conseguir que reflexionemos sobre determinadas posturas que, cada vez más, vemos cómo se reproducen en diversos canales de nuestro hobby. Podéis leer la versión original, publicada el pasado día 5 de febrero en Boardgames That Tell Stories aquí.
El Enemigo Público Número Uno
He estado allí. Yo escribí el juego de rol Neuroshima, puse mi alma y mi corazón en él, conseguí que fuese un éxito en Polonia y después, me convertí en el principal enemigo de los fans del juego.
No podía entenderlo. Estaba completamente aturdido mientras leía durísimos comentarios en Internet acerca de cómo estaba arruinando el juego. Los fans, estaban decepcionados con las expansiones, o con la ausencia de expansiones, o con el precio de las mismas, o con las ilustraciones, o… con cualquier cosa. Había siempre, ¡siempre!, una razon para quejarse de la serie Neuroshima.
Era su enemigo número uno. Ése imbécil. Ése cabrón. Ése Trzewiczek el gilipollas. El tío que había arruinado su amado juego.
Estaba sentado frente al ordenador y quería gritar. ¡Ey, tíos! Soy el que creó el juego. Soy el que escribió el libro que amáis. Soy el que os ha dado cientos de horas de grandes sesiones de rol. ¿Por qué me odiáis?
Aquello fue duro. Aprendí la lección. Este año cumpliré 40. Este Trzewiczek se ha convertido en un hombre sabio.
Tememos al cambio. El cambio es siempre algo desconocido y no nos gusta lo desconocido. Nos gustan las cosas que conocemos. Nos sentimos a salvo con las cosas que conocemos. Aquí tenéis una famosa cita de una película Polaca que dice lo siguiente: ‘Las canciones que más me gustan son las que ya me sé’. Muy apropiado, ¿eh?
Anunciar una nueva edición del juego es anunciar un cambio. Un editor te está diciendo que el juego que conoces, el juego que amas, el juego con el que has pasado cientos de horas va a cambiar.
Afrontémoslo. Estos cambios no pueden ser buenos. Es obvio que arruinarán el juego. ¿Por qué no introdujeron esos cambios en la primera edición? ¡Dejad el juego tranquilo, cojones!
Hace un par de días, anunciamos una nueva edición de 51st State. La famosa edición definitiva. Los hilos de la BGG comenzaron a calentarse.
“J**er, Esto es lo único que querían que conservasen”
“Cambios horribles. El hype ha muerto para mí.”
“Parece que han quitado todas las cosas que encontraba más interesantes”
Y así sucesivamente.
En primer lugar: No son ‘ellos’. Soy yo. No hay ningún fumador tipo Expediente X que se mantenga en las sombras y que esté arruinando vuestro juego. Soy yo, el que creó el juego en 2010.
He pasado los últimos meses, puliendo el juego y mejorándolo. He quitado un montón de reglas innecesarias. He vuelto a balancear las cartas. Lo he hecho más rápido y más sólido. No hay cinco turnos como en Colonos del Imperio. Este fin de semana Merry (Nota del editor: Merry es la mujer de Ignacy) me machacó al final del tercer turno. Fue algo que no vi venir. Ahora comienzas a sentir la presión desde el primer turno. O creas tu motor y lo echas a andar o estás fuera. Es un juego de jugones, de verdad.
Pero incluso aunque sé que el juego es mejor, sé que voy a defraudar a muchos fans del juego. No tengo dudas al respecto porque…
He estado allí. Diseñé 51st State, puse mi corazón y mi alma en él, lo convertí en un éxito a nivel mundial y entonces me convertí en el…
Hasta aquí la entrada de Ignacy, al que le damos las gracias por poder traducirla. Cada vez es más frecuente que nos encontremos con las actitudes que comenta, tanto en el ámbito estético como en el contenido, traducciones, etc.
Reflexionemos y veamos si, en ocasiones, tiene algún sentido enarbolar horcas y antorchas para exigir, sí exigir, justicia ante una supuesta tropelía.
Pues la verdad es que si, hay una falta de respeto generalizada hacia cualquier persona que se arriesgue a gastar su tiempo, dinero e imaginación en crear cualquier tipo de juego, libro, película para entretener al resto del mundo. Que no quita que la nueva versión del 51st State pueda ser malo con ganas y que muchas veces el afán de cambiar algo que ya funciona no acarrea más que desgracias. Pero es automático, yo me lo compro y rápidamente me coloco en la cima de la cadena de producción. Cuidado que el autor, ¡EL AUTOR! no se atreva a llevarme la contraria, mancillar la obra original o no colmar mis expectativas.
Gracias por comentar Óscar.
Y ahora al turrón…desde mi punto de vista, creo que donde se pierde la razón es en las formas.
Se puede estar legítimamente en contra de cualquier modificación o cambio, y argumentarlo de una forma más o menos razonada.
Ojo que también me vale el «hombre, yo prefiero el otro por motivos ..:» intangibles. Lo que tengo meridianamente claro que no comparto son los enfrentamientos abiertos, los comentarios beligerantes o las cazas de brujas.
Pero parece que es lo que vende…
Son las ganas de soltar un comentario bomba en menos de 140 caracteres y lo fácil que resulta faltar al respeto. ¿Que la nueva versión del juego es peor? Seguro que eres capaz de encontrar mil razones que justifiquen tu opinión pero.. a ver, que es su invento, su tiempo y su vida entera dedicada. «¡No tenía derecho a cambiar nada!» ¿En serio? ¿Tiene que pedirte permiso para hacerlo?. No es solo miedo al cambio que razona Trzewiczek en su artículo, es algo más profundo.
Lo dijo muy claro Neil Gaiman (escritor y guionista de cómics) cuando le preguntaron su opinion sobre los retrasos de los libros de Juego de Tronos; «GEORGE R.R MARTIN IS NOT YOUR BITCH» (http://journal.neilgaiman.com/2009/05/entitlement-issues.html)
¡Y George Lucas se cargó Star Wars!
Buenas Ángel, gracias por comentar!
En cualquier caso, me sigue pareciendo reguleras el enfoque de la horca y la antorcha (que es de lo que va esto). Dependiendo de cómo se enfoque, George Lucas podría calificar su primera trilogía como éxito (es la historia que quería contar) o fracaso (es la historia que creía que todos esperábamos).
Pero bueno, es siempre un problema de gestión de expectativas.
Lo dicho, gracias por comentar!