Wargame o juego de guerra como hobby
Los juegos de guerra o wargames tienen una antigua tradición desde que en los comienzos del siglo XIX el Barón von Reisswitz los inventase, convirtiéndose, en el Reino de Prusia, en una práctica habitual para el entrenamiento de oficiales y el desarrollo de planes de campaña, llamándolos Kriegsspiel —juego de guerra en alemán—. Los primeros Kriegsspiel que se conservan están formados por series de mapas topográficos y de carreteras, piezas de madera de dos colores (rojo y azul) que representan las distintas fuerzas de los dos ejércitos enfrentados (infantería, caballería, artillería y los mandos), reglas para medir distancias y reglamento y tablas con los que resolver las situaciones que fueran apareciendo.
Pero no será hasta 1958, con la fundación de Avalon Hill Game Company por Charles S. Roberts, cuando este hobby tenga su nacimiento para el gran público.
El primer wargame diseñado por Charles S. Roberts, TACTICS, era un juego abstracto que enfrentaba a dos ejércitos rivales de similares características sobre un mapa que llevaba impresa una retícula de cuadros. A éste juego de mesa debemos algunas características que son habituales en los juegos de guerra: fichas de cartón que representan las unidades envueltas en la lucha y que poseen factores numéricos para designar su fuerza de combate y su capacidad de movimiento, una Tabla de Resultados del Combate matricial basada en las relación de fuerzas empeñadas en un determinado combate y el resultado de un lanzamiento de dado, la adopción posterior del hexágono como figura geométrica base para la distribución del espacio en los tableros de juegos de mesa —TACTICS II—, costes de movimiento variables según los cuadros o hexágonos en los que entres…
Otras compañías se crearon y fueron rivales de Avalon Hill durante las décadas de los años 60-70 y 80 —SPI, TSR, GDW—, pero ella fue la líder de la industria de los wargames, con un éxito de ventas cifrado en miles de ejemplares de cada juego que producía.
La estructura básica de sus wargames se basaba en un sistema de turnos I-go-you-go, en los que los jugadores se alternaban para mover y atacar al adversario con sus fichas, siguiendo una secuencia simple y rígida de pasos. Son los juegos que podemos llamar de “Primera Generación”. En 1982 Avalon Hill formó una compañía subsidiaria para realizar juegos diferentes, más complejos, con mecánicas más innovadoras y mayor fidelidad histórica que los anteriores: Victory Games. Lo hizo contratando a parte del equipo de la por entonces ya extinta SPI.
En la década de los 90 varias compañías más abrieron sus puertas y la industria se volcó en el uso de internet —Columbia Games, GMT, The Gamers, MMP y otros—. Con Victory Games y esas compañías la mecánica de los juegos de “Primera Generación” se vio enriquecida y se dio lugar a los que llamamos juegos de “Segunda Generación” con dinámicas mucho más fluidas, mucha más interacción entre las fuerzas de ambos bandos, y mucha más recreación de las circunstancias históricas de la batalla o campaña representada.
Los juegos de guerra o wargame tienen como principal punto fuerte su enorme diversidad con juegos para abarcar los tres niveles de las acciones militares —táctico, operacional y estratégico— y todos los periodos históricos —desde los antiguos egipcios, los griegos y romanos hasta la guerra de India y Pakistán o de Irán-Irak…—, y en la última década la enorme inversión en innovación que se ha hecho para modernizar y dinamizar las mecánicas de juego. Fruto de ello son los sistemas que se basan en impulsos, los CDG (Card Driven Games) o juegos de motor de cartas, los juegos de bloques, los juegos con órdenes simultáneas o escritas…
La salud del hobby es incuestionable y puede observarse en la proliferación de foros, blogs y páginas web que tratan el tema y sirven de punto de reunión para los aficionados, tanto en el ámbito nacional como internacional: http://www.labsk.net/, http://www.boardgamegeek.com/, http://www.consimworld.com
En España la afición tuvo su época dorada entre los años 1981 y 1987 en los que la empresa Nike and Cooper editó varias docenas de juegos. La calidad de sus diseños y el precio que tenían hizo que fueran un éxito entre los jóvenes de aquellos tiempos, de modo que la mayoría de jugadores españoles actuales se inició con dichos juegos, más alguno de importación. Prácticamente no conozco ningún wargamero de 40 y más años que no jugase a los juegos NAC.
Desde su desaparición ninguna empresa ha vuelto a producir tal cantidad de juegos ni ha tenido tanto éxito como tuvieron ellos en nuestro país.
Ahora mismo diversas editoriales en España editan wargames, como DEVIR, que está editando en español wargames previamente publicados en el extranjero y la empresa que yo lidero, Bellica Third Generation, que publica wargames originales españoles, eso sí en edición internacional para vender también en el extranjero.
¿Qué tiene de atractivo jugar a un wargame?
Sobre todo recrear la historia, cambiarla, ponerte en la piel de sus protagonistas y tratar de averiguar si las cosas pudieron ser diferentes a las que fueron. El gusto por este tipo de juegos no va vinculado a las mecánicas que llevan, sino al gusto por la historia.
Un tipo de juegos que nos encanta, precisamente por lo que destacáis al final: cómo se recrea la historia y cuando con el tiempo piensas en la partida lo haces diciéndote, por ejemplo: si hubiera llevado todas mis tropas en Barco, hubiera conquistado Sicilia…
Además es una buena noticia que se estén editando cada vez más en castellano 🙂
No se si formará parte de una evolución común a mas jugadores, pero cada vez me siento más atraido por este tipo de juegos. Me ha llevado unos pocos años saltar del Carcassonne a wargames, y ahora que estoy empezando a conocer el mundillo un artículo como este viene de perlas para darle un poco de «contexto histórico». Desde mi profunda ignorancia creo que hay que hacer mención a juegos como el Twilight Strugle, que hacen de puente antes de entrar en los wargames más duros. Se que la discusión sobre lo que es un wargame o no da puede dar para muchos artículos (y un par de peleas callejeras entre jugones en los callejones de algún oscuro evento lúdico) y que el TS, aunque basado en hechos reales, no cumple con el criterio de «simulación histórica» que se presupone en un wargame. Pero es un escalón necesario, y mucha gente que lo ha probado, como yo, estamos deseando meternos en «cenagales» mas profundos.
A ver si en la Asociación formamos un subgrupo de voluntarios para wargames! Yo me presto candidato
Estoy con Oscar, este tipo de juegos cada vez me atrae más.
Sin embargo, desde mi punto de vista (y total ignorancia) creo que el género necesita de una cierta revisión.
Algunos de las mecánicas «típicas» de estos juegos las veo algo viejunas. Os pongo algunos ejemplos:
– Duración de las partidas. Demasiada para mi gusto. Que levante la mano el que haya hecho algo más que destroquelar las fichas, leer el reglamento y mirar suspirando el tablero con su copia de la nueva edición del Path of Glory (8 horas de juego estimado.. en la caja debería poner un aviso bien grande en rojo «Totalmente incompatible con la vida moderna»)
– Conceptos como la tan temida «linea de abastecimiento» (supply line) que suele estar descrita como un camino de hexágonos a trazar desde la unidad a comprobar hasta… Que pereza me da trazar esta linea por dios!
– Alguna mecánica como el tema de representar las «heridas de las unidades» mediante volteo de las fichas o giro de los bloques.. No sé, se me ocurre mecánicas más modernas (por ejemplo la de construcción de mazos) que representan esto mucho más fielmente..
En definitiva, mi humilde opinión es que son juegos molones pero que cierta regeneración de este tipo de juegos sería necesaria. Por supuesto ahora me contestaréis con miles de contra-ejemplos y me tragaré mis palabras.. 😀
Saludos!
“Totalmente incompatible con la vida moderna” Más claro agua.
Yo veo las mesas con esos macrojuegos, o mejor aún, las paredes magnéticas que tiene más de uno por aquí y sé que no tengo tiempo para jugar a este tipo de juego. Pero me muero de envidia, eso sí.
Algunos no podemos evitar sentirnos atraídos por ellos a medida que probamos más y más juegos. Cada vez vemos los juegos más similares unos de otros, se nos quedan más cortos y buscamos algo más.
Chicos, algún día tendremos que jugar al Virgin Queen en condiciones. Ahí queda eso. Claro que el primer paso es conseguir una copia…
Por cierto, muy buen artículo Francisco. Da gusto leer contribuciones de este calibre en esta humilde web. Leyéndote y escuchándote dan ganas de seguir dejándose tentar por este género.
Nos vemos.
Para mí el principal escollo de los wargames, son las reglas. Si os fijáis, por norma general no están pensadas para cualquier jugador, si no para aquellas personas que ya están metidas en este grupo de juegos. Más que unas reglas son unas FAQ de consulta en caso de dudas durante la partida, echo en falta un segundo manual de reglas que te introduzca en el juego, que haga que te den ganas de jugar, en lugar de un simple índice de reglas y excepciones.
Os lo dice uno tan torpe tan torpe, que no sabe por donde coger las reglas de un juego tan sencillo como el Combat Commander.
Cuando quieras quedamos y te explico cómo se juega.
Desde luego ante un reglamento de wargame uno lo mejor que puede hacer es irse a los de Wallace, que están hechos a estilo Eurogame.
No obstante es mejor cambiar el chip y tener alguien que te enseñe a jugar. Cuando le hayas cogido el gustillo ya te pondrás tú a leerte los reglamentos. Los Euros, incluso los más duros sólo contienen mecánicas en su reglamento, una vez que sabes de mecánicas un reglamento nuevo tienen poco misterio y no presenta dificultad.
Con los Wargames no pasa lo mismo, un reglamento contiene no sólo mecánicas sino motivos por los que las mecánicas están puestas, las causas que hacen del juego una simulación. Por lo tanto, uno al leerse el reglamento está viendo cómo se desenvuelve la historia. Si uno no sabe mucho de la historia que trata el juego o, simplemente, no ha leído otros reglamentos anteriormente, se le puede hacer un poco cuesta arriba.
De todos modos con alguien que te lo explique se soluciona el problema. Los wargamers estamos ávidos de reclutar nuevos jugadores en todo momento.
No hay problema, yo tengo el Virgin Queen, así que nos montamos una partida en cuanto encontremos compañeros. Ya somos tres (tú, mi mujer y yo), sólo faltan tres más.
Gracias por los piropos, me alegra aportar mi granito de arena a esta comunidad tan viva y tan pujante.
Yo a esa partida de Virgin Queen me apunto con los ojos cerrados, una oportunidad como esta no se puede desaprovechar 😉
Tal vez deberías probar los juegos de VPG: http://victorypointgames.com/
Muchas gracias por el artículo Paco, siempre una delicia leerte.
También estoy teniendo una tendencia hacia los wargames, me está gustando más la emoción de revivir algo de historia que la matemática pura y dura de la mayoría de los Eurogames,etc,etc y no digo que sean malos juegos, me refiero a que son sensaciones diferentes.
En un wargame no sabes que va a pasar con una incursión militar a diferencia de que si se que va a pasar si tengo este combo o pongo dos trabajadores en tal o cual acción.
Precisamente ese es mi aliciente. A mi me encanta el paintball, es vivir la experiencia del soldado de a pie, pero también me gusta «volar» más arriba y «ver» la sucesión de acontecimientos y analizar las causas y las consecuencias. Yo siempre lo he dicho, juego a wargames por un afán eminentemente educacional, para aprender historia. Los libros enseñan, pero los wargames también, y de diferente manera.
Fantástico post. Los juegos de guerra están infravalorados, sobretodo en cuanto a las habilidades y capacidades que se pueden adquirir de su práctica. Un saludo.
Muy buen post!