III Tardes en la Buhaira. 14 de Febrero

¿En serio existen mejores planes que echar unas partidas con tu pareja el día de los enamorados?. Menos mal que en Queremos Jugar sabemos que el amor, en el fondo, no es más que un juego. ¿Te gustaría comprobarlo con esta reseña?

Amor es lo que siente nuestro socio Jesús Tejada por el Señor de los Anillos. No es la primera vez que nos sorprende con algún juego ambientado en el mágico mundo de J.R.Tolkien y esta vez le tocó el turno a la mastodóntica Guerra del Anillo. A Jesús le puede su profesión (es profesor de Filosofía) y te sumerge en el juego desde el primer minuto. Además, para contribuir a la atmósfera, sus juegos son todos ediciones clásicas, que le otorgan a sus partidas un toque «vintage» que se paladea como un buen vino. De la partida os contará los detalles Maria (Malú) en un próximo artículo. Solamente deciros que, aunque aguantó como una campeona en el Asedio de Minas Tirith (un minuto de silencio por Aragorn límpiate la mugre de las uñas), tuvo que claudicar ante las fuerzas de Sauron comandadas por Nacho y Jesús.

Amor es lo que siente Javi por los cubitos y figuras de madera. Todos pensamos que en el fondo no es más que un trauma de la infancia relacionado con plástico y bolsas de basura, pero respetamos su intimidad y nunca lo hablamos en público. A cada taller que se viene, taller que se trae su eurogame bajo el brazo. Esta vez le tocó el turno al Bruges (0 bruge). Un ingenioso juego de Stefan Feld (y ya son…) donde cada jugador es un comerciante del siglo XV de la ciudad mencionada, que compite con los demás por influencia, poder, status y votos (o esto último es sólo en la vida real? a veces me confundo) Por si fuera poco, también tienen que superar una serie de catastróficas desdichas que asolarán de cuando en cuando la ciudad. Amor es lo que siente Álamo por la victoria, ya que se llevó esta partida frente a Manu y Javi, más otra que contaremos el párrafo que viene. Como de madera no sólo vive el hombre, después se sumaron Parlade e Isa para echarse un Dobble. Todos se vinieron arriba, especialmente Javi al ganar la partida.

Amor incondicional es lo que sentimos por el juego Saint Petersburg, que ya lleva dos talleres sin faltar. Al igual que el zar Pedro I El Grande (o «el cruel» si tuviste la mala fortuna de ser su hijo o su primera esposa) construyó San Petersburgo en mitad de un pantano rodeado de la más absoluta nada, los jugadores recrean dicha acontecimiento manejando artesanos y nobles, mas construir edificios y mejoras para todo lo anterior. La distribución de cartas por rondas (cada tipo de cartas tiene la suya propia), que las que no se adquieren pasen a la reserva y eque te las puedas subir a la mano para jugarlas más tarde, otorgan al juego un curioso manejo de los tiempos y de los recursos que lo diferencian del resto. Ya fue publicado hace mucho tiempo y se escuchan rumores de reedición, habrá que estar pendientes. La primera partida se la echaron Nico, Jose, Carmen y Luis (Akela). La segunda es la que volvió a ganar  Alamo frente a Manu, Javi e Isa, mientras que los primeros se dedicaron al amor al arte y al dinero que da el amor al arte con un Modern Art (al que se sumó Parlade)

Todos dicen que el amor, por lo menos una vez en la vida, hay que vivirlo en grandes grupos. Primero un calentamiento previo a cargo de Carmen, que les enseñó el Qin (no Quin, que el futuro está en saber chino mandarín) a Fabian, Álvaro y Silvia. Luego se sumaron al grupo Alejandro, María, Sergio y Mari para un Bang de cartas. Álvaro era el sheriff encargado de poner orden en la sala, pero sus alguaciles cayeron como moscas a las primeras de cambio. Al final todo se resolvió en un apasionante duelo a dos que ganó Mari, la panadera renegada. Como se quedaron con ganas de mas, también cayo un 7 Wonders en grupo (aunque Fabian dejó la partida).

No sabemos si es amor, pero es cierto que cuando dije «¿Quién quiere probar un 1989?» a Julio le faltó tiempo para apuntarse. Este juego puede considerarse un spin-off del Twilight Struggle. Comparte autor, mecanismos y temática, en este caso la caída de los regímenes comunistas en los países europeos del Telón de Acero (Polonia, RDA, Rumanía, Bulgaria…). Tiene todo lo bueno del anterior, más unos pocos cambios en el reglamento que se ajustan perfectamente al contexto histórico. En su contra que muchos de los eventos históricos que entran en juego son desconocidos para nosotros (no como la Guerra Fría, que creemos conocer con detalle gracias a películas y lugares comunes por general totalmente equivocados :-D). Cada partida es una historia y me gustaría desarrollar en un futuro la que tuvimos en un artículo diferente. Sólo deciros que fue… apasionante 😀

Amor nos entra todos cada vez que Ana (Chicle) se acerca con su flamante Krosmaster. No es que sólo parezca un videojuego, es que el juego de mesa nace directamente de uno. Graciosos muñequitos con estética manga a los que todos dicen ohhhh… que se pegan con ostias y hechizos elementales en un escenario digno del mejor Mario Bros (si hasta se pueden reventar los elementos del escenario para que suelten moneditas!).

Y también nos entra mucha alegría cuando viene gente nueva al taller. Esperamos que la experiencia con el Catan y el Qin os haya gustado lo suficiente para repetir de nuevo este viernes o los que vienen.

En fin, que ya nos quedamos sin partidas y la metáfora del amor y los juegos hace tiempo dejó de ser ingeniosa. Nos vemos todos los viernes!

6 comentarios
  1. Javi Santos Dice:

    Plas, plas, plas… Magnífico Óscar, magnífico.
    En serio, el cambio de tono de las antiguas reseñas, casi puramente anotadoras de partidas, a esta deliciosa composición, merecen un aplauso.
    Prometo seguir cubiteando, que ya son muchos los que nos asedian con ameritrastos y guerras frías…

    Responder

Dejar un comentario

¿Quieres unirte a la conversación?
Siéntete libre de contribuir

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *