Los colonos de Catán
Los colonos de Catán es uno de los eurogames más conocidos y uno de los habituales a la hora de descubrir este tipo de juegos, junto a otros como Carcassonne o Aventureros al Tren. Con el tiempo vamos conociendo más juegos, y suele quedar un poco olvidado, relegado a partidas con jugadores no habituales. A mi me sigue pareciendo un gran juego, al que siempre estoy dispuesto a echar una partida. Y es que tiene una serie de características que lo hacen único. Son las siguientes
Interacción entre jugadores
En muchos eurogames cada jugador se dedica a optimizar sus recursos, sin tener que tener demasiado en cuenta lo que hacen los demás. Son como como competir a ver quien es capaz de poner el engranaje en funcionamiento antes que nadie. Hay algunas piezas que son compartidas y debemos evitar que nos las quiten, pero la mayor parte del tiempo vamos a lo nuestro.
En Catán no es así. La base del juego es negociar con el resto de jugadores. Pedir dos piedras por ese trigo que tan escaso está resultando. Negarse a darle una de nuestras muchas ovejas al jugador azul, porque construirá un puerto. Correr para construir esa carretera antes de que el de al lado nos bloquee el paso. En el Catán hay que tener muy en cuenta a los demás. Debes negociar, comerciar y fijarte en que falta y en que sobra si deseas ganar.
Es temático
Es posible que os estéis llevando las manos a la cabeza mientras decís, ¿cómo? ¿qué el Catán es temático? ¡Pero si ni siquiera tiene tema! No es cierto. Tiene un tema muy básico. Somos un grupo de colonos que hemos llegado a una isla y la estamos colonizando. Nada más, no se recrea ningún periodo histórico, ni una época concreta en la historia de una ciudad ni nada parecido.
¡Pero las mecánicas encajan! Cuando jugamos a Catán si tenemos la sensación de ser colonos que tras llegar a una isla debemos desarrollar nuestros dominios. Por contrastar, el tema del Dominion es que somos nobles compitiendo por tener el mejor reino. ¿Alguien tiene esta sensación cuando juega? Al menos yo nunca la he tenido. ¿Qué se supone que estamos haciendo en el Carcassonne? ¿Somos constructores? ¿Que representan nuestros peones? Es todo muy abstracto.
Reconozco que el tema del Catán es muy simple. Pero cuando jugamos nos da la sensación de que estamos haciendo lo que dice la caja que hemos venido a hacer. Colonizar una isla. Lo que ayuda a meterte en la partida. Si añadimos la expansión de los navegantes la sensación de exploración y colonización se multiplica.
Su ritmo de juego
Una partida de Catán empieza poco a poco, con los jugadores tardando varios turnos para construir una simple carretera. Tras unas cuantas rondas nos vamos desarrollando, acumulando más recursos cada turno. Y entonces el ritmo se acelera. De llevarnos un recurso cada dos o tres turnos, pasamos a llevarnos dos o tres recursos cada turno. Los puntos se consiguen con más rapidez y se empieza a sentir la tensión de una victoria cercana, que puede ser para cualquiera, pues es fácil remontar 3 o 4 puntos en un turno.
Me parece que esto ritmo de juego está muy ajustado. Hay otros juegos en los que me siento haciendo lo mismo durante todo el tiempo y más o menos al mismo ritmo. Además a mitad de partida empieza la lucha por hacerse con los bonus de ruta comercial y de ejército caballería. Esto hace que el Catán tenga como tres fases diferenciadas. El inicio, donde nos costará mucho esfuerzo fundar un simple poblado. La media partida, donde todo se acelera tras construirse las primeras ciudades. Y la lucha por la victoria final, que suele ser bastante ajustada.
A esto le sumamos su duración ajustada a una hora, hora y cuarto y tenemos un juego que casi nunca se hace tedioso.
Te doy dos piedras por una oveja
Catán no es mi juego favorito, ni siquiera lo pondría en una hipotética lista de «mejores juegos». Pero me sigue gustando y no me aburre a pesar que llevar jugando a él casi desde que se publicó por primera vez en España. Hay otros juegos que me entusiasmaron igual cuando los jugué por primera vez, pero que al cabo de los años les he ido viendo sus carencias y me han dejado de interesar.
Y es que el Catán será un juego sencillo, para novatos, simple, con mucho azar, pero ante todo es un gran juego con un diseño pensado al milímetro.
Llevo unos meses un poco obsesionado con el tema y la interacción, lo reconozco XD XD
Muy buen post Ángel. Claro y preciso. Perfecto.
Yo el Catán lo descubrí de Erasmus. Cuando los noruegos nos lo sacaron me quedé atónito. «¡Qué juego más guay!» – pensé – «Aunque hay azar no es como el monopoly ni el interminable risk, la sensación de desarrollo no la había visto en ningún juego de mesa». Todo un descubrimiento, tanto nos gustó que empezamos a jugarlo por internet hasta quemarlo.
Sin embargo al volver de Erasmus me olvidé de sus existencia, pensé que era sólo un juego alemán para los norteuropeos y tardé mucho en reencontrarme con el vicio. Para entonces Catán ya era agua pasada.
Como dije en otro post hace poco, en cada visita a casa de mis padres le llevo un juego, un euro sencillo normalmente, y tras probar juegos como el Finca, Stone Age o Alta Tensión; el Catán les pareció un chufa. Vamos, lo que es en realidad. Estará muy bien, pero comparado con otros más modernos acaba siendo un poco coñazo el tema del dado y el comercio.
Mi copia de catán la compré cuando estaba haciendo el último año de carrera en Barcelona. Lo jugábamos en un bar de Grácia mientras comíamos hamburguesas y bebíamos birra. Incluso una vez jugamos tirados el suelo de una plaza.
A los «enfundalo todo» les daría un síncope XD
Gracias Ángel, un artículo impecable. La verdad es que recorriendo sus líneas se da uno cuenta de cuánto se le debe desde el hobby a juegos como este. Es un juego que combina, casi a partes iguales: interacción entre jugadores, suerte y la habilidad del jugador para aprovechar los elementos que el juego le pone a su disposición.
Un análisis claro, conciso, y con el que coincido en su mayor parte.
Gracias!
El catán temático? estamos locos? jiji la verdad es que según lo argumentas un poco sí… Por otro lado a mí personalmente me gusta mucho para novatos, aunque tenga mucho azar y aunque salga en los dados 4 mil veces más que el 6… para frustración de muchos. No me gusta jugar al máximo de jugadores, a 4 paso coraje porque siempre le toca a alguien quedarse hundido en una esquina, y como me toque a mí…. Por último reconozco que le quitaba el tema de negociar por mucho que sea la gracia del juego…ya que me vuelvo un poco paranoica…. ojú ojú voy a dejar de escribir….
Un saludo
Lo de temático es una exageración, claro XD XD
Pero es más evocador que otros eurogames, como el Goa. Y a mi el Goa me encanta, pero es un abstracto con un tema pegado. Creo que en el Catán si se nota que el diseño se basa en «vamos a hacer un juego sobre explorar una isla, voy a pensar en que mecánica sería más apropiada» y no en «tengo una idea genial para una mecánica, voy a desarrollarla y ya veré que tema le ponemos después»
Pues disiento en lo de «exageración». ¿Por qué no va a ser temático? Las acciones (construir, comerciar, recolectar) estan enganchadas al juego. Vale que le falte personalidad a la figura del colono (tú serás colono rojo, yo colono azul).. Pero tiene figurinas de ciudades!!! 🙂
Resumiendo: A mi el Catan me gusta.
Mis fobias personales van para el Carcassone. Qué le habréis visto a ese juego.. Las ciudades que se construyen no son nada bonitas, puntúas por caminos que no llevan a ninguna parte, no hay asaltos, ni peleas, ni comercio. En definitiva: Sin tema, sin dados, sin figurinas!! Que triste.. 🙁
¿Has probado el Carcassone con la ampliación del Dragón? Mete una mecánica consistente en un dragón que se va comiendo los muñecos de los demás. Y si te despistas, tus propios muñecos.
A mi el Carcassone básico también me parece un rollo. Pero con el dragón mejora. Todo mejora si le añades un dragón, en realidad.
«Todo mejora si le añades un dragón, en realidad»
Amén, hermano, amén
🙂