Tardes en la Buhaira. 3 de Febrero
Es lugar común que segundas partes nunca fueron buenas, pero para confirmarlo siempre se necesitan un par de excepciones. Si eres de los que disfrutó más con el Imperio Contraataca o el Padrino II es tu película de cabecera… no te pierdas el resumen de la II Sesión de Juegos de Mesa en el Centro Cívico La Buhaira que celebramos el pasado 3 de Febrero!
De nuevo el Taller fue un éxito de convocatoria. Esta vez el tope lo pusimos en 24 personas, aunque de forma puntual llegamos a ser alguno mas. De nuevo una mezcla entre veteranos (se estrenaron Sara y Fran), fichajes recientes (Yune, Belen, Riscart, Julio, Bea, Halleck, Nacho…) y mucha más gente, entre conocidos y recién llegados (Un saludo para Carlos, Ruth, Alejandro, Pilar y Julio). Hasta unos pocos nos visitaron al conocernos a través de la página web.
La primera mesa fue la que menos movimiento tuvo de todas. Desde el principio se juntaron Riscart, Jorge, Sara y Fran. Jorge se trajo para estrenar una de sus últimas adquisiciones, el Tigris & Euphrates. Cada jugador debe conseguir que su civilización consiga dominar a las demas alcanzando un equilibrio entre producción, comercia, religión y gobierno; todo estupendo y pacífico hasta que cada una de ellas se encuentra en el tablero y empiezan las tortas, el saqueo y la destrucción.
Aunque Fran empezó francamente mal, arrinconado en un extremo del tablero, Jorge no supo darle la puntilla. Cuando se dedicó a otras conquistas y menesteres, descubrió que había dejado atrás a un vecino muy cabreado. A partir de ese momento, Fran centró su estrategia en conquistar territorios enemigos. Para cuando los demás reaccionaron, la partida ya estaba en su mano
La siguiente partida que echaron, con la cual acabaron el día, fue a un juego llamado Luna, donde los jugadores compiten para elegir el nuevo prior del Templo de la Luna, usando a sus novicios para conseguir puntos, influencia y diferentes acciones.
Esta partida estuvo realmente disputada. Cada jugador optó por una estrategia diferente. Sara se dedicó a usar hasta el abuso a sus novicios, Jorge a construir santuarios en toda isla donde le dejaran, Fran y Dani (que se sumó a la partida) a picotear de donde pudieran y Riscart, a la postre ganador, se hinchó a puntos en el Consejo de Sacerdotes. El marcador final reflejó la tensión de la partida, estando los cuatro primeros entre dos puntos de diferencia.
Y mientras se construían y destruían civilizaciones, en la otra mesa se citaron unos pocos desalmados para retar al Sheriff a una partida de Bang!. Dos forajidos se dedicaron a dispararse entre ellos, sólo superados en inutilidad por los alguaciles que no supieron defender a su jefe, Paul «Julio» Regret. Del renegado nada productivo se supo. A la segunda ronda, convencido de que sólo su determinación y sangre fría podrían salvar al pueblo de la malvada Suzy «Seluco» Lafayette, a una sola vida de su muerte, el sheriff se lió a tiros con la susodicha. Pero cuando jugando su última carta la retó a un duelo, convencido de su victoria, Suzy «Seluco» fue la más rápida del Oeste y convirtió al valiente Sheriff en un Sheriff suicida camino a una caja de pino.
Cuando acabó el duelo en el Oeste se dividieron los jugadores. En una mesa se montó una partida a La resistencia. Al principio no eran muchos jugadores, pero como concidió con la llegada de unos pocos, se llegaron a sumar hasta 10 personas a la partida. En este juego todos los participantes son miembros de la Resistencia (cualquiera de ellas) salvo algunos espías infiltrados en la misma. En cada turno se tienen que elegir por votación a un grupo de miembros para llevar a cabo una misión. Si todos son de la Resistencia esta suma un triunfo pero si se cuela algún espía la misión se considerará saboteada y triunfará el Imperio (cualquiera de ellos).
En las dos primeras partidas la Resistencia resultó ser un fracaso como guardían de nuestros derechos y libertades y los malos ganaron sin apenas resistencia. Para la tercera se introdujeron unas nuevas variantes de las reglas y esta vez no encontraron oposición por parte de los saboteadores.
Al otro lado Cristina, Adolfo, Dani, Chico y Óscar (servidor) nos echamos un Alhambra, donde los jugadores compiten por construir el mejor palacio de la maravilla nazarí. Para mi gusto este juego es un clásico que debería estar a la altura del Catan, el Carcasonne o el Aventureros al Tren, y no alcanzo a comprender por qué resulta tan desconocido. Como la experiencia es un grado y todos los demás jugadores no conocían el juego, gané la partida con relativa facilidad y conseguí el palacio más completo de todos.
Tras estas partidas, se formó un grupo estable conformado por Carlos, Ruth, Alejandro, Pilar y Julio. Primero jugaron al Aventureros al Tren: Europa. Para todos ellos era un juego a conocer, pero les bastó una breve explicación para que se aventuraran a atravesar Europa y unir sus ciudades a través del ferrocarril. Carlos consiguió cumplir su gran objetivo, enlazar Estocolmo con Atenas, y a la hora de pedir nuevos objetivos tuvo la suerte de robar rutas ya conseguidas. Entre su pericia y un poquito de «potra», ganó la partida sin demasiados problemas.
Al finalizar echaron una partida al Fauna, donde tenían que descubrir de forma aproximada el peso, longitud y hábitats de determinados animales a través de un curioso sistema de apuestas en el tablero. De nuevo todos probaron un juego nuevo para ellos, pero esta vez fue Julio el ganador.
Y quedan muchas más partidas por contar! En Sombras sobre Londres Yune se transmutó en el temido Jack el Destripador y se lanzó a las calles de la Londres victoriana dispuesto a recrear sus famosos asesinatos. Afortunadamente, esta vez Scotland Yard destacó por su eficiencia y sus famosos detectives Fernando, Juano, Belen y Seluco pudieron apresarlo (aunque demasiado tarde para sus dos primeras víctimas).
Se jugaron dos partidas a 7 Wonders, la primera de ellas resultó un poco trabucada y nos liamos un par de veces con el número de cartas. Acabó ganando Seluco en dura disputa con Yune, ya que fue necesario recontar los puntos tras un empate. En la segunda, con menos jugadores, todo fue mas fluido y conseguí ganar la partida.
Un poco antes Nacho, Bea y Cristina consiguieron salvar a la humanidad de cuatro terribles pandemias que asolaban el planeta en el juego Pandemic (un nombre obvio). Este juego, al igual que su posterior La Isla Prohibida, destaca por ser un juego colaborativo. En vez de competir entre ellos, mientras en cada turno nuevas ciudades son infectadas y se masca la tragedia, los jugadores deben colaborar entre ellos para establecer una estrategia común, descubrir las curas para las diferentes enfermedades y ganar la partida.
Para finalizar, en la última mesa de la sala, se echaron unas partidas rápidas al Ubongo y Chico se trajo su Tinner’s Trail, donde los jugadores deben extraer cobre y oro de sus minas antes de que se inunden y vender sus metales cuando más altos estén los precios en el mercado.
Y poco mas, que ya es mucho. El próximo viernes 17 de Febrero repetimos la cita y esperamos contar con todos vosotros. Si ya estuviste con nosotros os animamos a repetir. Si nunca has venido, dejate guiar por tu curiosidad (o por el ansia viva de echarte unas partidas) y ven a conocernos.
Nos vemos!
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Aspirante a Calamar Supremo, en los juegos de mesa encontré hace tiempo la mejor manera de ocupar mi tiempo libre (y el resto del tiempo la verdad) y captar adeptos para la causa. ¡Larga vida a Queremos Jugar!
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